"Como el nubarrón, impelido por el céfiro, camina sobre el mar y se le ve a lo lejos negro como la pez, preñado de tempestad, y el cabrero se estremece al divisarlo desde una altura, y antecogiendo el ganado, lo conduce a la cueva; de igual modo iban al dañoso combate...las densas y obscuras falanges de jóvenes ilustres, erizadas de lanzas y escudos." (
Ilíada)
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