
"La industria textil carecía de importancia en Gran Bretaña, y cualquier ingenio mecánico que pudiera incrementar la producción redundaría en prosperidad para quienes poseían molinos y factorías.
En 1769, el inventor inglés Richard Arkwright ideó un bastidor de hilar: un artilugio mecánico que podía hilar el algodón de manera satisfactoria y firme como para ser utilizado en la manufactura textil. El bastidor ayudaba a producir textiles no sólo con mayor rapidez que trabajando a mano, sino de manera tan sencilla, que Arkwright podía trabajar con obreros poco especializados, que realizarían la tarea por poco dinero. Arkwright murió millonario, pero muchos trabajadores perdieron su empleo a causa de su invención y pasaron hambre, pues en esa época el Estado no se consideraba responsable del bienestar de sus ciudadanos." (I. Asimov?)