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Tricotosa

"Es posible construir una máquina que imite los movimientos de las manos o los pies, en los casos en que tales movimientos se repitan indefinidamente y no requieran la guía continua de la inteligencia.
En 1589, el clérigo inglés William Lee (1550?-1610) inventó un dispositivo llamado 'bastidor de calcetería', para tricotar con más rapidez que a mano. El gran perfeccionamiento que suponía este ingenio planteaba también una grave desventaja: si se ponía en funcionamiento a gran escala, dejaría sin trabajo a quienes tejían a mano. Por ello Isabel I de Inglaterra se negó a autorizar a Lee una patente.
Lee fue entonces con su máquina a Francia, donde recibió el apoyo necesario.
Las experiencias de Lee en Inglaterra constituyen un temprano ejemplo de cómo la amenaza del paro tecnológico puede frenar el avance de la tecnología. Pero si este avance es real, crea más puestos de trabajo de los que destruye, si bien siempre media un doloroso período de transición, y un gobierno que atienda a consideraciones humanas debe ayudar a los que sufren, no tanto por idealismo (aunque éste no tiene nada de malo) como por mantener la estabilidad social y facilitar la generalización de los beneficios del avance tecnológico." (I. Asimov)