"Apuntando a la cabeza blandió y arrojó la ingente lanza, y no le erró, pues fue a dar en la cima del yelmo; pero el bronce rechazó al bronce, y la punta no llegó al hermoso cutis." (Homero)
"Mantén protegida la cabeza, que al cuerpo lo salvará la cabeza." Oráculo antiguo