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Biblioteca de Nínive

"El último gran rey del Imperio asirio había sido Asurbanipal (s.VII a.C.). Protegió las artes y la literatura, y fundó una nutrida biblioteca en su capital, Nínive (probablemente la mayor biblioteca anterior a los griegos).
En la década de 1860 los arqueólogos británicos excavaron las ruinas de Nínive (destruida catorce años después de la muerte de Asurbanipal), y extrajeron tabletas cuneiformes de los restos de la biblioteca, que llevaron al British Museum. Allí, el arqueólogo inglés George Smith (1840-1876), experto en la lectura de lenguas en caracteres cuneiformes, gracias al trabajo anterior de Rawlinson (1846), quedó sorprendido al descubrir en una de aquellas tabletas el relato de un diluvio muy semejante al descrito en la Biblia.
Anunció los resultados de su investigación en 1872: había descubierto la epopeya de Gilgamesh, la más antigua producción literaria conservada, la cual contenía, en efecto, una descripción del diluvio que la Biblia sin duda empleó como fuente. El hallazgo causó sensación, y habida cuenta que siguió al descubrimiento de Troya, incrementó el interés popular por la arqueología." (I. Asimov)