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Inanna, Ishtar

Diosa del amor y de la guerra.
"Yo soy divina, la señora del cielo, yo ejerzo el señorío; a pequeños y a grandes yo arrebato la vida, o les doy estabilidad... Como luz del cielo estoy en lo alto." (Presentación de Ishtar)

"Desde la Gran Altura ella dirigió su pensamiento hacia el Gran Abismo.
Inanna abandonó el cielo, abandonó la tierra, al mundo de los infiernos descendió.
Las siete leyes divinas ella sujetó. La shugurra, la corona de la Llanura, ella se ciñó en la cabeza.
El anillo de oro colocó en su mano. En la puerta de los infiernos ella habló bravamente: ¡Abre la casa, portero, abre la casa!
Neti, el portero, respondió a la divina Inanna:
-¿Quién eres tú, por favor?
-Yo soy la reina del cielo, el lugar por donde sale el sol.
-¿Por qué has venido al País de Irás y no Volverás?
-Mi hermana mayor es Ereshkigal; su marido, el señor Gugalanna, ha sido muerto; para asistir a las honras fúnebres, ¡así sea!
-Espera Inanna, permíteme que antes hable a mi reina.
Entonces Ereshkigal (su hermana), al oirlo, se puso furibunda y dijo: 'De las Siete Puertas de los Infiernos quita los cerrojos, cuando Inanna entre, muy doblada y humillada ¡me la presentaréis desnuda ante mí!'
La divina Ereshkigal ocupó su lugar en el trono. Los siete jueces pronunciaron su sentencia. Ella fijó su mirada en Inanna, una mirada de muerte y emitió un grito de condenación.
... La débil Mujer fue transformada en cadáver, y el cadáver suspendido de un clavo.
Cuando tres días y tres noches hubieron transcurrido, el visir de Inanna, Ninshubur elevó para ella una lamentación, como se hace sobre las ruinas.
El Padre de Inanna, Enki, lo escuchó y respondió al visir:
-¿Qué le ha ocurrido a mi hija? Estoy inquieto.
... Decid a Ereshkigal: 'Danos el cadáver colgado del clavo.'
... Que uno de vosotros lo rocíe con el alimento de la vida y el otro con el brebaje de la vida. ¡Entonces Inanna surgirá!
...Inanna se puso de pie, pero ¿quién de entre los que han bajado a los Infiernos ha podido jamás remontarse indemne?
¡Si Inanna quiere remontarse de los Infiernos, que entregue a alguien en su lugar!
...Así la divina Inanna entregó al pastor Dumuzi a las manos de los demonios. Emitió una palabra contra él, un grito de condenación: '¡Él es, lleváoslo!'"
(La Resurrección de Inanna)