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Ostracismo

"Si hay un hombre, o más de uno, que se distinga por su virtud y capacidad política en comparación a todos los demás, no se considerará digno de los mismos derechos que aquéllos, siendo tan desigual es natural que tal individuo sea como un dios entre los hombres.
Resulta evidente que la legislación es forzosamente referida a los iguales en linaje y en capacidad, pero para hombres de esa clase superior no hay ley, pues ellos mismos son ley. Ciertamente, sería ridículo que alguien intentara legislar para ellos. Quizá le dirían lo que Antístenes atribuye a los leones, cuando las liebres hablando en la asamblea reclamaban los mismos derechos para todos: '¿Dónde están vuestras garras y vuestros dientes?'
Heracles
Por esta causa precisamente las ciudades democráticas establecen el ostracismo. Éstas, en efecto, parecen perseguir la igualdad por encima de todo; de modo que a los que parecían sobresalir en poder por su riqueza, por sus muchas relaciones o por cualquier otra fuerza política los ostraquizaban y los desterraban de la ciudad por un tiempo determinado. El mito cuenta también que los Argonautas dejaron abandonado a Heracles por la misma razón: la nave Argo (que podía hablar) no quería llevarlo con los demás porque era muy superior a los otros tripulantes. Por eso tampoco se ha de creer que son justas sin más las críticas de los que censuran la tiranía y el consejo de Periandro a Trasibulo. (Cuentan que Periandro no dijo nada al mensajero enviado para pedir consejo, sino que arrancando las espigas que sobresalían igualó el campo. El mensajero, aunque ignoraba la causa de esta acción, refirió lo ocurrido, y por ello Trasibulo comprendió que debía suprimir a los hombres que sobresalían.)
Esto no conviene sólo a los tiranos; no sólo los tiranos lo hacen, sino que se encuentra igualmente en las oligarquías y en las democracias, pues el ostracismo tiene en cierto modo la misma eficacia, por eliminar y desterrar a los que sobresalen. Lo mismo hacen incluso con ciudades y pueblos los que son dueños del poder, como los atenienses, por ejemplo, con los de Samos, Quíos, y Lesbos (tan pronto como obtuvieron sólidamente su dominio, los humillaron en contra de lo pactado). El rey de Persia abatió muchas veces a los medos, a los babilonios y a otros pueblos que se mostraban orgullosos por haber tenido en otro tiempo el imperio.
El problema es general y se da en todos los regímenes, incluso en los rectos. Los desviados actúan así atendiento a su interés particular, pero en los que miran al bien común sucede de la misma manera. Es evidente que esto se da también en las demás artes y ciencias: el pintor no puede permitir que la figura de un animal tenga un pie que sobrepase la simetría, por muy bello que fuera; ni un constructor de barcos lo permitirá a la popa o a cualquier otra parte de la nave; ni un maestro de coro dejará participar en él al que tenga más y mejor voz que todo el coro.
A. Schwartzenegger
...Se plantea una gran dificultad, si hay alguien que se destaque por la virtud, ¿qué debe hacerse entonces? Ciertamente no se podría decir que se debe expulsar y desterrar a un hombre así. Pero tampoco que se debe mandar sobre él, pues casi sería como pretender mandar en Zeus, repartiéndose sus poderes. Queda, por lo tanto, lo que parece ser la solución natural: que todos obedezcan de buen grado a tal hombre, de modo que hombres como él sean reyes perpetuos en sus ciudades." (Aristóteles)