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Arte

"En algún momento posterior al 50 000 a.C., existió una variedad de neandertales con la región supraorbital menos pronunciada y con frente despejada, barbilla bien delineada y dientes más pequeños. Se trataba del Homo sapiens sapiens, el ser humano actual.
Entre 50 000 y 30 000 a.C., las dos variedades de Homo sapiens coexistieron, pero en esta última fecha algunos cruces y, probablemente, matanzas en gran escala acabaron con los neandertales, de tal manera que en los últimos 30 000 años, más o menos, todos los homínidos vivientes han pertenecido al tipo actual.
Los seres humanos actuales alcanzaron gran éxito. Por vez primera, superaron la zona de dispersión de Homo erectus. Entre 40 000 y 30 000 a.C. sacaron provecho de la existencia de puentes continentales creados por el descenso del nivel del mar. Así poblaron Australia desde el sudeste de Asia, y Norteamérica desde Asia nororiental. En ninguno de los dos continentes citados habían existido con anterioridad homínidos. También se abrieron paso hasta el Archipiélago japonés.
Las nuevas tierras fueron recorridas sistemáticamente, y hacia 10 000 a.C. los seres humanos habían alcanzado el extremo meridional de Sudamérica e incluso Tierra de Fuego, la isla más al sur de dicho subcontinente. Todas las áreas continentales, excepto la Antártida y las regiones heladas del Norte, fueron objeto de asentamientos.
Los seres humanos eran cazadores, desde luego, y desarrollaron ritos para mejorar sus éxitos. Al parecer, uno de ellos consistía en trazar dibujos de los animales que habían de ser cazados, acaso con la convicción de que la naturaleza imitaría el arte, o de que los espíritus que animaban a esos animales se mostrarían con ello más propicios y prestarían su cooperación.
En 1879, el arqueólogo español Marcelino se Sautuola estaba excavando la cueva de Altamira, en Cantabria, cuando su hija de doce años, que le acompañaba, descubrió unas pinturas en el techo y exclamó: "¡Toros, toros!" Las pinturas representaban bisontes, ciervos y otros animales, en rojo y negro, y fueron ejecutadas hacia 20 000 a.C.
Las pinturas demostraban la gran habilidad de aquellos artistas. Si se precisaba alguna prueba para dejar sentado que los primitivos seres humanos nos igualaban en el ámbito intelectual, ahora se aportaba una fehaciente. En los últimos veinte milenios, hemos acumulado una enorme cantidad de conocimiento y experiencia, pero ello no nos hace ni una pizca más humanos que esos antiguos artistas cavernarios.
En efecto, ese arte alcanza tal excelencia, que muchas personas se negaron a creer que fuera realmente antiguo, y lo atribuían a algún tipo de fraude, a una mixtificación moderna. Sólo el hallazgo de otras cuevas pintadas hizo que este arte fuera finalmente aceptado como antiguo.
Las pinturas fueron localizadas en lugares de difícil acceso en el interior de las cuevas, y resultaban invisibles salvo con luz artificial, lo que nos induce a creer que se ejecutaron con fines rituales y religiosos más que con propósitos estéticos. Con todo, son el resultado de infinitos esfuerzos, por lo que resulta difícil creer que los artistas no extrajeran alguna satisfacción de su trabajo." (I. Asimov)