Traductor

Sociedades científicas

Giambatista della Porta
"A lo largo de la historia, los científicos han acostumbrado trabajar solos, debido a las dificultades en las comunicaciones. A veces se daban cita en algún centro intelectual en concreto, como lo fueron Atenas, Alejandría y Bagdag, pero aun así su reunión fue fortuita.
La implantación de la imprenta facilitó, como es lógico, la recogida y publicación de los avances, y el episodio de Tartaglia y Cardano reveló la importancia de publicar si uno aspiraba al reconocimiento. De este modo se intercambiarían informaciones valiosas, y ello beneficiaría a todos los científicos en su búsqueda de la fama.
En 1560, un físico italiano, Giambattista della Porta (1535?-1615), fundó la primera asociación científica concebida especialmente para ese intercambio de ideas: la Academia Secretorum Naturae (Academia de los Secretos de la Naturaleza). Fue clausurada por la Inquisición, muy suspicaz ante cualquier reunión en aquellos duros tiempos de conflicto religioso, pero la idea era demasiado buena para que se malograra, y más adelante se formaron otras sociedades científicas que perduraron.
Dichas sociedades ayudaron a crear una comunidad científica que era superior al científico individual, de la misma forma que la falange o la legión lo era con respecto al soldado individual." (I. Asimov)