Fósiles

"La palabra fósil proviene de la voz latina que significa 'excavar'. Al principio, se llamaba fósil a todo aquello que pudiera ser extraído de la tierra, pero el término acabó siendo aplicado a los objetos concretos que eran extraídos y que, aun siendo de piedra, presentaban una notable semejanza con restos de seres vivientes: en particular huesos y dientes. Agrícola (1556) había hecho comentarios al respecto más de un siglo antes.
Existían numerosas teorías sobres estos fósiles. Algunos creían que eran ensayos de Dios para crear seres vivos. Otros los consideraban intentos fallidos de Satán por imitar a Dios. Otros más opinaban que se trataba de restos de animales que habían perecido durante el Diluvio de Noé.
Sin embargo, en 1669, el geólogo danés Nicolaus Steno (1636-1686) sostenía que eran restos de criaturas que habían vivido mucho antes, y que se habían ido petrificando lentamente. Este punto de vista fue prevaleciendo de forma gradual, y los fósiles iban a ser las pruebas más espectaculares (aunque ni mucho menos las únicas) en favor de la evolución biológica." (I. Asimov)